jueves, 26 de junio de 2008

¿Cómo funcionan los sistemas adivinatorios?



La videncia es un factor latente en cada ser humano, pero que a menudo no llega a aflorar más que de un modo muy casual en forma de lo que tal vez llamaríamos intuición o presentimiento.
En realidad, para entender el proceso deberíamos comenzar por entender el significado del término "subconsciencia".


Podemos reconocer fácilmente en nosotros dos formas de "consciencia" totalmente distintas. La primera es la consciencia vigílica, nuestro estado normal de conciencia cuando nos hallamos despiertos, la que nos permite razonar, observar, analizar, comprender, actuar y ser conscientes de las circunstancias que se desarrollan a nuestro alrededor al cabo del día.
La otra modalidad de consciencia será lo que llamaremos "subconsciencia", un nivel de consciencia que se desarrolla por debajo de nuestros niveles de consciencia normales, como si dijéramos "subterráneamente", y se desenvuelve y desarrolla al margen de nuestro deseo y voluntad. La comprenderemos tal vez mejor por medio de su manifestación más conocida, pues es el tipo de consciencia que se expresa a través de los sueños.


Carl C. Jung planteaba que la subconsciencia, o el inconsciente, no era algo limitado a cada individuo en particular, sino que se extendía más allá de él como un gran mar conectando todos los subconscientes entre sí. Así, el subconsciente mantendría las características de lo que los ocultistas llaman "plano astral" y establecería un registro de todas las experiencias y pensamientos humanos, desde el inicio de los tiempos. No solo eso, sino que enlazaría dos mentes cualesquiera entre sí. Aún hay más, puesto que el subconsciente contendría también todo el poder psíquico que podamos recabar en la predicción de cualquier fenómeno "mágico" o "paranormal" y estos puntos hacen de este plano la fuente del poder de videncia.
MECANISMO DE LA VIDENCIA


Por otra parte, el mecanismo de la videncia se movería sobre hilos de sucesos encadenados, prolongados hacia el futuro, a los que llamaremos "líneas de destino".
Para entender el proceso podríamos remitirnos a las ideas de un investigador sobre estos campos que planteaba los sucesos futuros como una inevitable sucesión lógica de sucesos presentes y pasados. Dicho investigador planteaba que si colocáramos todos los datos de la vida de una persona en un hipotético ordenador, suponiendo que realmente pudiéramos añadir hasta el último retazo de información acerca de esa persona (aficiones, pasado, características de la gente de su círculo, sentimientos reales, ...) dicho ordenador hipotético podría indicarnos una cierta "línea de destino" con más probabilidades de suceder.


El ordenador no indicaría el verdadero destino sino el "más probable destino", incidiendo en mayores posibilidades de error cuanto más se proyectara en el tiempo hacia el futuro.
Pero aunque no poseemos tal ordenador o tal programa, nuestro subconsciente posee la capacidad de recoger y procesar toda esa intuición o videncia ese "más probable destino". Así pues, nuestra videncia lo que hace es elaborar la más posible línea de destino a escoger desde el momento presente incorporando en ella las experiencias que, dentro de la orientación del consultante, deberán ocurrir para aportarla las lecciones precisas a su estado de evolución y sus posibles respuestas a esas lecciones.


Así pues, ¿el destino obtenido en las cartas u otras mancias es falso?. En absoluto es eso lo que pretendo decir. El destino "visto" (en una videncia auténtica) es totalmente real y será el que se produzca si no se introduce un factor de cambio, lo que no sucede a menudo dado que el ser humano es por lo general cómodo y su inercia lo lleva a someterse a esa tendencia marcada por su "más probable línea de destino". Igualmente, el ser humano suele ser cobarde cuando se trata de afrontar un cambio de actitud ante la vida capaz de alterar esa línea de destino.


PUNTOS IMPORTANTES DE REFLEXION
1. - La videncia elabora la "más probable línea de destino" a partir de las circunstancias globales del consultante, incluso las que él mismo desconoce o no es capaz de asumir.
2. - La predicción va perdiendo fuerza cuando nos proyectamos varios años en el futuro porque los factores "inesperados" aumentan de modo progresivo.
3. - Ninguna línea de destino es "inexorable". El futuro puede ser cambiado por una decisión consciente.
4. - El consciente funciona con términos lógicos y elabora ordenes concretas (dibuja un árbol, coge una manzana, abre un libro...). El subconsciente funciona con términos abstractos y se expresa con el lenguaje del símbolo, igual que lo hace en nuestros sueños, y no entiende las ordenes concretas ni se expresa en una forma que nuestra lógica pueda entender.
Por lo tanto, un sistema adivinatorio no es sino un lenguaje entre consciente e inconsciente.

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